Para conocer el proceso de recolección de la almendra, es necesario hablar de su largo ciclo de vida. Este pasa por numerosas etapas las cuales es muy importante cuidar al detalle. En Importaco tenemos años de experiencia optimizando este proceso para obtener los frutos secos de mayor calidad en el mercado.

Este ciclo de recolección de la almendra cuenta con los siguientes pasos: reposo invernal, floración y polinización, desarrollo del fruto, recolección, secado y almacenaje.

El ciclo de recolección de la almendra

Reposo invernal del almendro

Tras la recolección de la almendra y la llegada del frío, comienza la fase donde los almendros deben iniciar su reposo o parada invernal. Esta engloba desde la caída de las hojas y la parada vegetativa otoñal hasta el inicio de la floración. Es aquí donde la actividad vegetativa se reinicia con la llegada de temperaturas más cálidas.

Reposo almendro

La etapa de reposo invernal es esencial para que el árbol inicie otros procesos activos imprescindibles para el éxito de la próxima cosecha. En este proceso, el almendro debe cubrir dos necesidades:

  • Acumulación de horas de frío: horas por debajo de 7ºC que el árbol debe cumplir.
  • Acumulación de reservas para la siguiente fase de desarrollo: el árbol acumula nutrientes a través del agua. Estos nutrientes serán esenciales para el correcto desarrollo del cultivo inmediato.

Durante esta fase de descanso, es recomendable realizar las labores de poda, arado del terreno, preparación del abonado de fondo para la siguiente campaña. Además, conviene realizar tratamientos fitosanitarios relacionados con los hongos.

 

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Por tanto, la almendra que se cosechará y su calidad dependerá directamente del descanso y preparación que el almendro haya tenido durante los meses de frío y reposo hibernal.

Floración y polinización

Con la llegada de temperaturas más cálidas, a finales del invierno y principios de la primavera, se han cumplido las necesidades de reposo. Es en este momento cuando se reanuda la actividad vegetativa con la floración.

La duración de la floración y los acontecimientos climatológicos que en este periodo ocurran es también variable año tras año. No obstante, cada variedad de almendro y origen posee sus propias peculiaridades y calendario. Por lo tanto, será fundamental llevar a cabo una rigurosa supervisión de este proceso. Con ello, se quiere asegurar el adecuado desarrollo de los frutos mediante la observación de la climatología y la polinización de los árboles. También se quiere vigilar la aparición de posibles enfermedades asociadas con esta fase.

Floración almendro

El almendro tradicional (Marcona y Largueta) necesita de otra variedad polinizadora para que suceda el cuaje de las flores y se desarrollen las futuras almendras. En esta labor, el vuelo de las abejas para transportar el polen de un árbol a otro es imprescindible. Por lo tanto, las bajas temperaturas (inferiores a 14ºC) y las posibles lluvias serán muy influyentes.

Sin embargo, las nuevas variedades de almendro (Guara, Belona, Lauranne, etc) poseen características autocompatibles y de floración tardía. Estas mejoran notablemente el panorama agronómico del almendro y solucionan problemas relacionados con las heladas y compatibilidad floral.

Desarrollo del fruto

Una vez completada la floración y la fecundación de los futuros frutos se inicia el cuajado y desarrollo de los mismos. A partir de ahí, la disponibilidad de los nutrientes y el agua son esenciales para la evolución de las almendras. El nivel productivo dependerá entonces de la capacidad del árbol para garantizar el correcto desarrollo a lo largo de los meses de primavera y verano.

La flor recién fecundada desarrolla el fruto que aumenta su tamaño durante los meses siguientes hasta la maduración durante la temporada estival. Hay que tener en cuenta las particularidades de cada origen. Hay factores como el agua, plagas y enfermedades o la climatología que pueden influir en el correcto desarrollo del fruto.

Desarrollo fruto almendro

Para que estas plagas y enfermedades se tengan en cuenta, realizamos formaciones de manera continua. En estas, se enseña a nuestros productores buenas prácticas para poder combatir cada problema relacionado con el almendro.  El fin de estas formaciones es asegurar la calidad y seguridad alimentaria de nuestros productos.

Al igual que en la fase de floración y polinización, cada variedad posee propiedades intrínsecas que dictaminan cuando se inicia la maduración de los frutos. Por lo tanto, la fase final de las almendras, donde deben ser cosechadas en su punto óptimo.

 

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Recolección de la almendra, secado y almacenaje

Es entonces cuando llega a su última fase de desarrollo y debe ser cosechada en óptimo estado de maduración. No hay que olvidar que cada variedad de almendra y origen posee su calendario propio y se ve influenciado por los agentes climatológicos.

Cuando el fruto abre su corteza exterior que la protege durante los meses productivos, indica que ha llegado la hora de la cosecha. La humedad del grano y posibles defectos físicos asociados a la climatología son factores importantes para garantizar la calidad (granos arrugados, calibres, plagas, etc.).

Almacenaje almendro

Para la cosecha, si bien existen métodos alternativos, la técnica más común es la que hace uso del apero denominado ‘paraguas invertido’. Con este, el tractor efectúa un vibrado del almendro para que caiga el fruto y pueda ser recogido en continuo.

No obstante, existen métodos alternativos de cosechadora que se adaptan a las nuevas tipologías de cultivo: cosechadoras, cabalgantes, buggies con fardos, etc.

Nuestros productores cosechan y almacenan cada variedad por separado, garantizando así la ausencia de mezcla de variedades en el producto final. Por último, se realizará el secado hasta su estado óptimo, su almacenamiento en condiciones controladas y su análisis por parte del equipo de calidad. Esto dará paso a la siguiente fase del ciclo de la almendra: el descascarado. Las siguientes fases dependerán del destino que se le vaya a dar a la almendra.

El ciclo de recolección de la almendra es un proceso largo y lleno de matices. Por esta razón, es muy importante controlar hasta el último detalle de este. En Itac Porfessional cuidamos exhaustivamente cada parte del proceso, lo que nos a permitido obtener numerosos certificados de seguridad alimentaria.

 

 

 

 

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